El sistema de recogida es muy básico, al igual que el resto de los
toldos quita vientos, se basa en un eje enrollable (de acero) donde la tela se va
desenrollando según baja el toldo a su peso y de forma totalmente
vertical hasta llegar al suelo. Todo este proceso se realiza guiado
mediante sendas guías verticales y laterales que si bien no son
imprescindibles ya que el toldo baja por su peso, si que evita el paso
de aire debido a que tapa las rendijas que suelen dejar los márgenes
de soportes y máquina a los lados. Una vez el toldo ha llegado
hasta el suelo, el cliente tan solo tiene que cerrarlo con unos
candados a unas anillas abatibles (no molestan) previamente
atornilladas al suelo. Después tan solo tiene que cerrar un poco el
toldo para que la tela se quede como un tambor. La visibilidad es
plena pues la ventana que queda por debajo de la altura de los ojos
cuando el cliente está sentado y ligeramente por encima cuando el
cliente está de pie.